Los términos terapéutico, relajante y etc, relacionados a los masajes, parecen todavía generar mucha confusión, incluso entre los que utilizan esta herramienta para trabajar.
Básicamente lo que diferencia un masaje y otro es la finalidad o ámbito de aplicación, y en esta clasificación es útil diferenciar un masaje que debe ser aplicado por un profesional sanitario de otro que puede ser aplicado por cualquier persona.
El término "masaje terapéutico" debe ceñirse al entorno sanitario, ya que la palabra "terapia" quiere decir "curación". En España, los únicos profesionales capacitados - al menos legalmente hablando - para realizar este tipo de masaje son los profesionales de la salud, como médicos o fisioterapeutas.
El masaje terapéutico se basa en maniobras muy diversas y distintas a las de un masaje no terapéutico (por ejemplo, el masaje relajante). Utiliza además distintas maniobras de distintas técnicas de masaje, con el fin de obtener la mejoría del paciente. Puede variar mucho en tiempo de aplicación, ya que el tiempo destinado debe ser el necesario y acorde a la patología o afectación del paciente.
Un masaje no terapéutico tiene como única finalidad producir relajación, placer o bienestar al que lo recibe, que por supuesto no se trata de un paciente. Normalmente tiene un tiempo predeterminado de duración, por el cual paga el cliente. Dentro de esta categogía entran los masajes relajantes, tailandeses, con piedras calientes, el shiatsu y muchos otros tipos de masaje.
Paradójicamente, un masaje no terapéutico, es decir, aquél que puede ser aplicado por cualquiera que domine la técnica, un amigo, la pareja, la madre o un masajista, y que no tiene por finalidad la curación, puede resultar terapéutico por si mismo, aún sin pretenderlo, ya que puede influir positivamente en el bienestar general, ayudando a que el receptor se relaje, duerma mejor, tenga mejor humor y vivacidad y consecuentemente, mejor salud.
Llega el invierno, y con él las tiritonas, en un intento fisiológico de nuestros músculos de producir calor cuando la temperatura empieza a bajar y nuestro cuerpo lo nota. Este fenómenos se conoce como termogénesis. El frío ambiente es el factor que estimula la vasoconstricción, lo que dificulta la circulación de la sangre para conservar el calor y para conseguir así que no padezcamos ninguna alteración hipertérmica.
Las manos se vuelven frías, la piel pálida, y el estado anímico, muchas veces, alterado. Hay quien hable de depresiones estacionales, es decir, personas que se sienten en un estado anímico melancólico o triste cuando llega esta época del año.
Dentro de lo que atañe a los masajes y sus novedosas técnicas que no paran de surgir, hablaremos del masaje con aplicación general de calor en la piel. No hay mejor momento para disfrutarlos que en el invierno, ya que el verano y sus altas temperaturas nos lo impidieron.
El calor es, al contrario del frío, vasodilatador y aumenta la circulación sanguínea, lo que a su vez aumenta la oxigenación y nutrición de los tejidos del organismo y facilita la eliminación de metabolitos y sustancias tóxicas. Dentre los masajes que aplican calor, actualmente se conocen y se aplican bastante el masaje con piedras calientes y el masaje con velas.
El primero consiste en un masaje con una especie de piedras especiales. Son piedras volcánicas, como por ejemplo el basalto, que están polidas para proporcionar una lisa superficie que se pueda desplazar por la piel sin producir daño. Estas piedras cuando se calientan conservan el calor por más tiempo y este calor será transmitido al receptor a través de la piel, mientras se le masajea frotando las piedras por las distintas zonas del cuerpo, como espalda, extremidades, manos y pies.
Ya el masaje con velas se aplica utilizando un tipo de vela que al calentarse produce aceite, el cual se esparce sobre la piel, funcionando como un lubricante que permitirá las frotaciones de las manos del masajista en la piel de la persona masajeada. El aceite caliente sumado al masaje manual produce sedación del sistema nervioso y una relajación sin par.
Ambos tipos de masaje cayeron en el gusto de los adeptos a los masajes. Hay que probar para sentir en la piel, literalmente, el placer producido por un masaje de este estilo, además de llevarnos con nosotros todos los beneficios que aportan a la salud en general.
Simple, rápido y efectivo, el masaje facial es un gran aliado de la belleza.
Muchas veces nos sorpreedemos con una apariencia cansada, ojeras alrededor de los ojos, piel opaca e intentamos solamente recurrir a las cremas antiarrugas. No debería ser así. Un masaje facial es un método fácil de mantenerse joven por mucho más tiempo. Además, potencia el efecto de los cosméticos y uno puede hacerse a si mismo en casa. Los resultados pueden no ser igual al de un masaje profesional, pero ayudarán bastante y proporcionarán momentos de relajación a la piel.
En el rostro también se acumulan puntos de tensión que comprometen la circulación local y perjudica las células cutáneas. La piel es la que más pierde: desaparece el brillo y aparecen las señales de cansancio y de envejecimiento precoz. El masaje facial ameniza y previene este tipo de problema porque elimina la tensión, mejora el tono muscular y activa la circulación sanguínea del rostro, aliviando la expresión de cansancio.
Aquí está el paso a paso del masaje para hacerlo en casa. Use una crema hidratante para facilitar las maniobras:
1. Ponga la mano derecha en el lateral del cuello y deslícela en diagonal hacia la espalda, a la altura del trapecio.
2. Repita el movimiento del otro lado, con la mano izquierda.
3. Deslice los dedos índices y el pulgar, en forma de pinza, en el contorno de las mandíbulas.
4. Inicie este movimiento desde el centro hacias los laterales del rostro.
5. Ponga las puntas de los dedos en los laterales de la nariz y deslícelas hasta la frante, haciendo movimientos ascendientes
Gestos delicados y toques de cariño refuerzan la conexión y la comunicación entre el bebé y la mamá.
Mônica Brandão
1 - De frente para el bebé, deslice lenta y suavemente su cabeza con las manos, desde su frente en dirección a la nuca. Al llegar a las orejas, frótelas delicadamente con los pulgares y los índices por algunos segundos.
2 - Sin parar el movimiento, deslice los dedos índices por el rostro del bebé, rodeando ojos, nariz y boca.
3 - Ponga aceite propio para bebés en las manos y deslice las palmas por la barriguita, sin perder el contacto: empiece por la cintura, suba hasta el pecho y siga en dirección a los brazos, terminando el movimiento en la manos.
4 - Con movimientos circulares en el sentido de las agujas del reloj, pase la mano alrededor del ombligo.
5 - Deslice las palmas de las manos en el cuerpo del bebé, empezando por el pecho y terminando en la punta del pie, en un solo movimiento.
6 - Frote con movimientos firmes y suaves los pulgares en las manos y pies del bebé.
7 - Aguantándolo de los tobillos, doble sus piernas y empújelas suavemente en dirección al pecho. En seguida, estírelas otra vez en su dirección.
8 - Ponga el bebé boca abajo . Deslice las manos desde los glúteos hasta el cuello.Después, haga el movimiento contrario.
Consejos
- Para aprovechar mejor, el bebé no puede tener frío, hambre, sueño o fiebre.
- Antes de hacer el masaje, procure relajar.
- Cierre los ojos y respire profundamente algunas veces.
Surgido en la cultura de los Vedas (antigua etnia indiana), no es solamente una de las más antiguas pero también una de las más completas técnicas naturales para restablecer el equilibrio físico y psíquico. Se trata de un masaje profundamente relajante que actúa en el campo físico y energético, que tiene la función de purificación y manutención de la salud corporal. Tiene como objetivo restaurar el bienestar físico, mental, energético y emocional. Además de que aplican una alimentación adecuada, fitoterapia, yoga y otra técnicas, el masaje es una de las principales técnicas utilizada por médicos y terapeutas ayurvédicos, por tener un coste bajo y ser de fácil uso.
El masaje ayurvédico actúa en los sistemas: linfático (desintoxicando el organismo), circulatorio (aumentando la producción de glóbulos blancos y la nutrición y oxigenación celular) y energético (reequilibrando los chakras y actuando en los siete cuerpos - deshaciendo bloqueos emocionales). De esta forma, contribuye en la cura de las principales enfermedades.
Es importante resaltar que para que un masaje sea ayurvédico, hay que considerar los doshas de los pacientes, sus desequilibrios y sus características. Es una práctica individualizada, específica para cada tipo de persona. No existe solamente una técnica de masaje ayurvédico, pero sí diversas de ellas, que son aplicadas con aceites medicinales, de acuerdo con el dosha del individuo.
Fortalece el sistema inmunológico aumentando la cantidad de glóbulos blancos y desintoxica el organismo.
Es indicado como unos de los tratamientos para casi todas las enfermedades, principalmente la drogadicción, alergias, estrés, fatiga, depresión, fibromialgia, bloqueos emocionales, problemas musculares y de columna, recordando que el Ayurveda no trata la enfermedad y sí al individuo. Debe ser administrado con cuidado a embarazadas.
Reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) el masaje ayurvédico es utilizado por casi toda la población de la India y está siendo ampliamente divulgado en el mundo.
Los beneficios proporcionados por el tratamiento con el masaje ayurvédico son: rejuvenecimiento (mejora de la piel), realineamiento de las estructuras óseas y musculares, aumento de la autoconciencia, fortalecimiento del sistema inmunológico, aceleración de la circulación linfática y consecuente desintoxicación del organismo, eliminación de bloqueos, prevención de dolencias, aumento de la flexibilidad, reequilibrio de los chakras, actuación en los siete cuerpos sutiles, mayor movilidad de las articulaciones y posibilita una vida más harmoniosa y feliz.